Aprovechando que el check out era a las 11:00, estiramos el momento “dormir” lo más que pudimos, sabíamos que sería un día largo… muy laaaaargo, ya que nuestro avión saldría a las 21:20 para llegar a Madrid a las 23:45.
Después de vestirnos, desayunar y reempacar todo
¡salimos a explorar Bérgamo!
Primero estuvimos por la parte baja, cerca de
nuestro B&B, la zona peatonal con algunos coches autorizados a pasar muy bonita,
llena de comercio. Varios de sus edificios tienen estas entradas pasillo que
crean pasajes comerciales, y otras simplemente que hacen como una especie de
marco interesante para una foto de patio.
Nos topamos con un lugar donde vendían Bubble Tea, ¡esta oportunidad no hay que desaprovecharla dijimos! Así que los 4 salimos con nuestra bebida llena de bolitas que explotan en tu boca, ¡yum!... Recuerdo la primera vez que los tomamos, fue en el viaje que hicimos por Francia la primera vez que Laia era muy bebé (5 meses) y que al terminar la parte de bici nos quedamos unos últimos días por ahí, nos encontramos unos de esos en San Juan de Luz.
Nos topamos con un lugar donde vendían Bubble Tea, ¡esta oportunidad no hay que desaprovecharla dijimos! Así que los 4 salimos con nuestra bebida llena de bolitas que explotan en tu boca, ¡yum!... Recuerdo la primera vez que los tomamos, fue en el viaje que hicimos por Francia la primera vez que Laia era muy bebé (5 meses) y que al terminar la parte de bici nos quedamos unos últimos días por ahí, nos encontramos unos de esos en San Juan de Luz.
Ahora sí, con pancita algo más llena, fuimos a buscar la parada del autobús que nos llevaría a la parte alta de Bérgamo. Por cierto, siguiendo las recomendaciones de la señora que nos alquiló el “B”, compramos en la tabaquería (Tabachi) los billetes por 24hrs que costaron 5€ cada uno, ya que con esos mismos podríamos llegar al aeropuerto más tarde y además valían para subir al funicular de la parte alta.
En la parada final del autobús había un parquecito ¡con una fuente! Para beber agua y ¡¡mojarte el coco!! ¡Puf! Con este calorcito se necesita… parada en el baño y a callejear por ahí. También, mucho comercio de ese que se te antoja ver cada uno de los aparadores… pero pues que unas chamacs te inhiben con sus constantes “quiero quiero quiero”…
Llegamos a la Piazza Vecchia, donde hay varios
edificios dignos de ver y fotografiar:
Estuvo muy bien, ya estábamos un poco hartos de la
pizza pizza pizza… eso sí, ¡¡hacía un caloooor!!
Otro poco más de turisteo con un mini de shopping y a buscar el autobús para bajar, recoger nuestras maletas e irnos al aeropuerto… Mhhhh… el autobús no pasaba donde parecía que lo haría, pero a cambio podíamos tomar el funicular que nos llevaría a una parada en la que seguro seguro seguro que sí pasaba el bus.
Llegamos a la parada cerca de nuestro “B&B”, teníamos 30 minutos para regresar a esa misma y tomar el autobús que nos llevaría al aeropuerto…. A paso veloz llegamos en 10 minutos por nuestras maletas…. Otros 5/10 minutos de reacomodar algunas cosillas y… ¡¡paso veloz de vuelta con unos kilitos extra hacia la parada!
¡Conseguido! Llegamos unos minutos antes que el
autobús, nos subimos y hasta encontramos donde sentarnos, Dani y las chamacs en
2 asientos y las maletas y yo en otros 2… o sea, en total ocupando 4 asientos
pero algo apretaditos gracias a nuestro equipaje que aunque este año vamos
mucho más ligeros, pues algo sí ocupa…
Al llegar a la siguiente parada que era la estación
de tren y mucha gente subió, teníamos a una chica enfrente que no dejaba de
bufar quejándose de no tener donde sentarse (ni modos mija, como verás, 2 niñas
de pie en un autobús que de repente frena un poco brusco pues como que no, y
seguro no querrías compartir asiento con ellas… ni con todas nuestras maletas
¿no?) jejejej.
Fue muy rápido el trámite de ir a dejar nuestras
maletas y pasar el control… así que nos tocó otra sección de perfumería y
maquillaje más…¡¡zona de juegos para los niños!!! ¡¡¡Gracias aeropuertos por
pensar en las familias con niños pequeños!!!!
Al subir al avión nos avisaron que tendríamos que
esperar unos 35 minutos por mal tiempo en Madrid… ¡Lo bueno es que en el aire
el piloto le pisó el acelerador y llegamos sólo 5 minutos después de lo
programado!
Salimos… y ¡fue muy agradable que Sara nos estuviera esperando para recogernos y llevarnos a casita!. Creo que la única vez que recuerdo que alguien fuera por nosotros al aeropuerto de Madrid, es a mis suegros cuando Dani y yo aún no vivíamos aquí y cuando recién llegamos para quedarnos. ¡¡Gracias Sara!!
Llegamos, duchamos chamacs y a dormir… luego nosotros y ¡también!
Ahora… ¡¡a pensar en nuestra siguiente aventura
yiha!!!!
Mei, Laia, Dani y Tami
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