Tempranito y de relax nos despertamos. Teníamos que
ducharnos, desayunar y dejar nuestra casita vacía con cocina limpia antes de
salir a más tardar a las 10:00.
Un poco antes de que llegaran por las bicis (9:30) sesión
de fotos, jajaj a ver si ahora si nos actualizamos la camiseta.
Y bueno, pues a la hora de salir, muy a nuestro pesar,
con todo el calor y pasando por enfrente de la pisci, nos fuimos del camp :(.
Caminamos hacia la parada del autobús, en un principio la idea era ir hacia la estación de trenes, pero ya que ese mismo llegaba a Verona pues de una vez nos quedamos... eso si, hubo que esperar un rato y aunque ahora lo veo como nada, en ese momento ¡puf! Entre caminar con el caloron y lo que pesa la mochila del camp a la parada, con Laia malhumorada, que la parada olía a pis y con lo que hubo que esperar de más el autobús... ¡resistencia a tope!
Llegamos a Verona... y de nuevo, la misma historia,
caminar con todo lo que ya dije, aunque esta vez la que iba de malitas era Mei,
de la parada a nuestro hostal.
Cuando por fin llegamos y vimos nuestra enorme habitación
con una cama doble, 2 individuales y un gran ventilador en el techo... ¡Caímos
rendidos! Descansamos un poco... y...
¡A comer se ha dicho! Al pasar por la Piazza delle Erbe,
alguno de los restaurancitos nos atrajo, sobretodo porque tenía “un jardín
interior fresco”... comimos... el patio (más
Que jardín) estaba muy bonito... explorando la ciudad nos
dimos cuenta que era nada más y nada menos que el patio del edificio donde está
la “Torre de Lamberti”
Salimos de ahí, curoseamos un poco por el mercadito que había en la plaza y ¡a la casa de Julieta!.. aunque para llegar a la entrada hay que pasar por un mar de turistas queriéndose tomar fotos con la estatua de Julieta a quien todos querían tocar la bubby... ¿porque? No lo entendí.
La casa, que por cierto, no tendría por qué ser esa
casa... de hecho... la historia de Romeo y Julieta, es eso, una historia...
Shakespeare nunca estuvo en Italia y aunque es verdad el conflicto entre las
dos familias (Montague y Capulet) la historia de amor entre ellos dos, es sólo
una historia, pero ya que estábamos en Verona y que es una de las atracciones,
pues había que verla...
Luego, más que nada por desquitar la ida hacia allá y lo
que habíamos pagado por entrar pues también nos asomamos al museo de frescos…
muy interesante… para quien le interese y no vaya con un par de chamcs
revoloteadoras que además a una de ellas se le ocurre abrir un sobrecito de
miel ahí adentro….hmmm que apropiados dedos pegajosos para un museo que expone
piezas super mega antiguas.
Y después… de regreso al centro, con una parada obligada
para tomarnos unas fotos frente el Arena de Verona... y después ¡Gelatto!! Yumi,
el mio de pistacho y chocolate negro estaba buenísimo… además que por mucho que
me gusten los helados, estos días he estado comiendo tanto que ni pal postre me
quedaba hueco (algo muy raro en mi).
Dani no quería cenar, las chamacs y yo sí… aunque yo no mucho…
así que mientras fui por una pizza por ellas (sí otra), yo me comí mi ensalada.
Cena, baños, dientes… ¡y a dormir con el ventilador a
tope!!!!
Hasta mañana,
Mei, Laia, Dani y Tami
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