Hoy fuimos a un parque de animales, que no era un zoo,
sino un parque con animales. En sus parcelas a gusto. Pequeña odisea para
llegar, no es que me queje, sino anécdotas de por estas tierras... la
recepcionista que no sabe, el bus que no viene, el taxista que no quiere
llevarnos y al final, uno despistado que nos lleva y nos deja allí en medio de
la nada y a saber cómo volvemos.
Pero bueno, allí que llegamos y a disfrutarlo.
Unos días antes Tami les preguntó a Mei y Laia que preferían: ¿animalitos o
parque de atracciones? Mei que quiere ser veterinaria lo tenía claro,
animalitos, y Laia que no es que sea muy lanzada, le tiraba más a los
animalitos, así que las 2 dijeron que animalitos. El parque estaba rodeado de
vegetación frondosa, el entorno era genial, una vez dentro ya nada te distraía
del lugar, la selva, el bosque, todo estaba muy cuidado y natural.
Nos recibieron unos Hipos y un Rino, ambos por ahí comiendo hierba tranquilamente...
Nos recibieron unos Hipos y un Rino, ambos por ahí comiendo hierba tranquilamente...
Después pasamos a la acción con los chimpancés, menuda
fiesta tenía, uno corría y daba golpes a una puerta de metal, todos se volvían
medio locos y empezaban a correr gritando para todos lados y en cuanto 2 se
chocaban, se armaba la pelea a puñetazo limpio, de repente llegaba otro y ponía
orden y se calmaban. El cabo de unos segundos uno salía corriendo a golpear la
puerta y vuelta a empezar... muy graciosa la situación.
Después estaba el rey de la selva, bueno realmente el rey
de la sabana, pues el León no vive en la selva, sino en la sabana como bien me
dijo Mei en el cuento de antes de dormir. No lo vimos bien porque estaba tirado
medio dormido. Después pasamos a una especie de mono inquieto buscando a “Gotita”
porque empezaba a caer una gota y este estaba como alarmado, también muy
gracioso.
Varios animales después, llego el turno del Tigre, que me
parece un animal espectacular, elegante, desafiante, tranquilo. Llegamos al
mirador y no estaba, así que nos quedamos esperando a ver si había suerte ¡y
la hubo! De repente salió a pasear por delante nuestra, sin hacernos mucho caso
y se metió entre los bambúes, pero unos minutos después estaba al lado nuestro,
lo más cerca posible analizándonos, vigilándonos, con esa mirada inmutable, fue
espectacular, pena no haberle hecho una foto a ese momento, pero fue increíble
verlo de frente así.
Después fuimos a ver el leopardo de la nieve, otro animal
alucinante, lo que pasa es que estaba descansando y no lo vimos caminar, una
pena... Había una sección de animales del pasado, los dinosaurios, estos Mei de
los conocía casi todos y a Laia algunos ya le sonaban de su hermana de cuando
fuimos a ver la exposición y de George, ¡el hermano de Pepa Pig claro!
Pasaban las horas y se empezaba a notar el cansancio, y es que este parque tiene unas cuestas... que vaya... así que todavía nos quedaban animales que ver, pero pisamos el acelerador porque notamos que los animales también están cansados por la tarde y con ganas de dormir... Aún nos quedaba la odisea de la vuelta, que la resolvimos llamando a un taxi directo al camping para quitarnos de líos, un pequeño descanso que había que pasar por el súper y pasar a las rutinas.
El cuento de antes de dormir fue: la visita de 2
princesas al mundo de los animales" donde repasamos todo lo que aprendimos
hoy.
Buenas noches!
Besos y abrazos
Laia, Mei, Tami&Dani
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