sábado, 23 de julio de 2022

Verano 2022: Día 5. Freiburg-Titisee 16kms. Ac: 98kms

Nos levantamos con calma, hicimos alforjas y salimos del albergue directos a un súper para comprar desayuno y comida por si acaso no llegábamos a tiempo o decidíamos hacer un picnic en El lago. La salida del hostal tenia cierto tráfico, porque pedaleábamos por las calles del barrio las cuales tenían cierto trafico. En un punto tocaba cruzar las vías del tranvía y los pasos para peatones eran muy pequeños y con forma de barreras entrelazadas. Pasamos un momento de estrés por que el wehoo era complicado pasarlo por esas barreras y el tiempo del semáforo era escaso para hacer esa maniobra, así que se nos echó el tiempo encima y nos quedamos atrapados en la zona para peatones con el wehoo y Laia pisando las vías, menos mal que el tranvía freno y nos esperó para poder salir de ese sitio, pero ver que venía y que los coches no paraban fue un momento tenso…Pedaleando paralelo al río encontramos un sitio con césped donde desayunar.

Después retomamos y continuamos pedaleando por el carril bici rumbo al tren. La salida de la ciudad era muy agradable, pedaleando por carril bici asfaltado entre el rio y campos de deporte donde había muchas familias animando los diferentes partidos de sus hijos. Se respiraba un clima de relax y vida sana.

El plan de hoy consistía en llegar a la estación del tren que nos subía al lago Titisee, pues hacerlo en bici era bastante duro y preferimos simplificar. Llegamos a tiempo y cargamos todo rápidamente en el tren, sin problemas.


Llegamos a Titisee y fuimos al lago, tenía una agradable zona de playa, con un césped a la sombra, hicimos un medio picnic, descansamos y Felipe se dio un baño. Volvimos a la plaza del pueblo para tomarnos otro aiscafe, y curiosear de las tiendas. En eso que vi una que hacia relojes de cucu, recuerdo que nosotros teníamos uno, no se donde lo compraron mis padres, pero recuerdo que yo era pequeño, unos 8-9 años y primero estaba en la habitación de la tele en Ensenada y después en nuestra cocina en Madrid. De pequeño jugaba con mi hermano a dispararle al pajarillo cuando salía a anunciar la hora o la media hora. Después en Madrid, me delataba a que hora llegaba por las noches, porque se oía en toda la casa y asociabas el ruido de la puerta y las llaves a la hora que marcaba el cucu.

Después del helado retomamos el tramo final hacia el hotel, el cual estaba a unos kilómetros del centro del pueblo, no había muchas opciones de alojamiento en este pueblo y este hotel tenia comentarios negativos en booking, decía que los dueños eran un poco hostiles. 

Nada mas llegar “Masken, masken” nos gritaron aterrorizados, como si fuéramos unos criminales o algo... la verdad es que en el único sitio donde había que llegar mascarilla era en el transporte publico, pero tampoco se veía una psicosis, simplemente como una señal de respeto y solidaridad. El tema es que el hotel estaba un poco desangelado, a partir de las 19.00 la cafetería cerraba y los dueños se iban. La única comida era la de un máquina dispensadora con pocas opciones y 2 cervezas. Menos mal que nos había sobrado algo del pic nic y cenamos ligeros. La habitación amplia y cómoda, eso si, pero la televisión no funcionaba, así que bueno las chiquis se acoplaron un rato en la habitación de los tocinos. Nosotros nos duchamos y a una hora decente a dormir!

Besos y abrazos, Laia, Mei , Tami & Dani.

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