Me levante temprano y me di una vuelta en bici hasta el pueblo de al lado, Ocedeixe que tiene una playa muy conocida. El paseo no es apto para los niños, mucha arena y hay que bajar por un cerro difícil, así que nada, descartamos esa opción, el pueblito muy curioso, es de interior y en cuesta, me gustó mucho.
Regreso al camping y me encuentro con Tami que había salido a correr. Las niñas estaban en la piscina.
Así es, me fui a correr, pasando varias veces por el mismo lugar ya que no conseguía enlazar caminos. Pase por una zona super bonita de acantilados y otra de un sendero en que iba rogando no caer porque ahí difícil que alguien me encontrara.. ¡Todo bien!! Después de encontrarme a Dani fui hacia el pueblo de donde él venía de comprar el pan, al entrar a este un perrito me saludo con sus ladridos... al acercarme a él amigablemente dejó de ladrar... fui más al fondo del pueblo... pero al volver a pasar por la entrada/salida del pueblo.. ooootravez a ladrar hasta que me reconoció y se calló :).
Preparamos Ceviche para comer y después bajamos a la playa a disfrutar del atardecer. La idea era tomarnos un helado o algo en la playa, pero nos encontramos con que el chiringuito cerraba a las 19.30… que fallo, estábamos solos en la playa eso si…
De vuelta al camping, descubrimos que el terreno vecino era un zoo privado, de un sudafricano, no se puede visitar, pero desde la carretera veíamos unas especies distintas a las típicas de un zoo… por Google vimos que era una super finca, un poco bunker… en fin, cada uno con lo suyo.
Besos y abrazos,
Laia, Mei, Tami & Dani
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