Me levante temprano, me duche, peine y me fui a un lugar tranquilo fuera del camping a hacer la entrevista. En la acera, apoyado en un muro de piedra, con las gaviotas revoloteando cerca y con el móvil, hice la entrevista, me salió bien, luego ya veremos...
Sara y yo nos fuimos temprano ¡en busca de la excursión! Hacia el paseo en el que hay muchos stands para el fin... después de preguntar en un par, de entender las diferentes opciones, elegimos uno que tenía un poco de todo. Buscábamos algo que no fuera super cansado de kayak pero que sí tuviera opción de hacer así como de echarnos un clavado en el mar... ¡¡ Y lo encontramos!!! Eso sí, no tan fácil porque cada uno nos iba diciendo diferentes cosas respecto a las mareas que si se puede después de esta hora, que sino....
Había que estar en el mulle a las 14.30. Corrimos un poco porque no incluía comida así que rápidos al pizza hut del muelle a cargar baterías, tocaba remar.
La expedición estuvo guay, nos dividimos en kayak de 2, Tami y Mei en uno y Laia y yo en otro. Nos metíamos por las cuevas de las calas y el monitor nos contaba historias fantásticas sobre cada una: la cueva de las calaveras, la cala del beso, la cueva de los piratas,… en fin era un recorrido divertido y en mar abierto, con sus olas y sus corrientes, y había que subir y bajar a la embarcación, donde te podías tirar al mar o bien por un tobogán o desde el segundo piso. El agua helada, ¿lo había dicho antes?, pero ahí nos dimos unos baños.
Después volvimos al pueblo a por un helado y pensar en donde dormíamos esa noche, la idea era ir a Vila do Bispo, para ir hacernos una foto en San Vicente, donde nos la hicimos en 2014 en recuerdo de nuestro amigo Jorge de Ávila. En Vila do Bispo había un parking de autocaravanas y supuestamente se comía muy bien, así que ala, carretera un rato.
El lugar para dormir era muy pequeño y estaba lleno, nos dijeron de un Eco Camping en Sagres, así que continuamos unos kilómetros más y lo encontramos.
El camping era un campamento de escuela de surf, bueno que lugar, que camping mas guay, ¡¡¡yo quiero ir a ese campamento!!!… Tenía un skate park, un bar-restaurante Chil out, hogera, música en directo… vamos una chulada. Nos quedamos y cenamos en el restaurante del camping. Y, ¡tuvimos suerte! Resulta que cuando llegamos, ese día era el último que se podía acceder sin tener que presentar negativo de prueba Covid... así que decidimos quedarnos ahí las dos noches ya que al haber llegado cuando llegamos continuar a la siguiente noche sin prueba sí que era válido... si nos hubiésemos querido ir a otro camping en Portugal nos hubiera tocado hacernos prueba.. ¡¡Fiuuuuuuf!!!
Besos y abrazos,
Laia, Mei, Tami & Dani.
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