Después de la estación de Bratislava ya
esperábamos lo peor en Budapest… Pero no!, su estación bastante bien, esta es
nuestra última parada antes de regresar a casita…
Salimos de la estación después de
cambiar un poco de Euros por Florines (con muy mal tipo de cambio por cierto) y
la zona estaba un poco en obras, pedaleamos hacia nuestro Easy Hotel (exacto,
de la compañía Easy Jet donde pagas por noche y puedes agregar extras pagando
cada uno como servicio de limpieza, toallas-sabanas extras, internet, guardado
de equipaje, guardado de bicicletas, etc… así como en sus vuelos).
Después de dejar todo una rica cena que
los 3 disfrutamos mucho, cervezas Húngaras, Guyash (no se como se escribe en Húngaro
pero así se pronuncia, es la sopa de carne con algo de verduras), un plato
también Húngaro con pasta de papa (No eran Gnocchis, ya que esta era como más
chiquita y deshecha) con queso de cabra, un Rissotto (Ya extrañábamos el arroz,
no estamos acostumbrados a tanto pan y papas fritas) y un strudel de frambuesa
con mascarpone (Los Strudel también son parte de su cocina), acompañados de un
te de menta… Mmmmhhh!!
Al día siguiente nos levantamos mas o
menos tempra, compramos un panecito dulce en una tiendita (el letrero decía
delicatessen pero como que na que ver…), y fuimos hacia la plaza donde empezaba
nuestro tour a pie, de esos que son gratis y lo que haces es dar al guía una
propina. La verdad es que en nuestra experiencia los recomendamos mucho, en 2-3
horas te dan una visión general de lo que hay que ver, la cultura del
lugar, con recomendaciones de otros
tours, otros lugares importantes para ir a visitar, qué y donde comer, donde
cambiar dinero, etc.
Por cierto, por si querían saber:
Budapest, es ahora por la unión de Buda y Óbuda al Oeste del Danubio, con Pest
(que se pronuncia Pesht) al este. Esto la hace muy especial, ya que el lado de
Pest que es más bien plano se ha desarrollado mucho más y tiene importantes
edificios como el Parlamento (3er más grande del mundo) a la orilla del Rio que
da vistas súper bonitas al verlo desde el lado de Buda… en fin, el caso es que
con el tour estuvimos visitando bastantes plazas, pasamos frente a la Basílica,
la iglesia de Matias, algunas estatuas (peculiares sus estatuas), vimos a lo
lejos su estatua de la libertad a la que llaman el destapador por la forma que
tiene jejeje, etc etc… mejor dejamos que las fotos hablen por si solas.
Después del tour del lado de Buda llenamos
depósito con unos baguettes de ensalada griega y un queso al pesto. Entramos a
la Iglesia de Matias con unos interiores muy coloridos y subimos al Bastión de
los pescadores para ver las vistas hacia Pest.
Caminamos un poco por la ciudad que
esta en una colina y que como decíamos antes, se conserva mucho más antigua,
fuimos hacia el palacio de Buda y aprovechando que Mei se estaba echando una
siestecita nos sentamos un ratito porque después de tanto caminar se necesita J.
Después de que nos “corrieron” porque a
las 18hrs cerraban nos apuramos para llegar al puerto a tomar un barquito por
el rio, muy padre porque como decía Dani, ver la ciudad desde el rio es muy
diferente a verla desde la ciudad misma y porque durante el recorrido te van
explicando cosas de la ciudad.
De regreso hacia nuestro hotel
buscábamos algún restaurante de comida Japonesa ya que queríamos cenar ligero,
la verdad que hicimos poco turismo culinario en Budapest ya que cuando
preguntamos al guía del tour lo que caracterizaba a la comida húngara nos dijo
que es una cocina no apta para vegetarianos, y con bastantes especias (ya
llegamos cansados de eso a Budapest)… En fin, el caso es que mientras
caminábamos-buscabamos, zas! Que nos encontramos a Ana y Anton, los madrileños
con quienes habíamos coincidido en algunas partes del recorrido (wow! Que
casualidad, se suponía que ellos de Viena se regresaban y de toda la ciudad de
Budapest coincidimos en un cruce de calles)… El caso es que nos dijeron de un
Tailandes que vieron de camino y pos bueno, no es japonés pero nos bailo la
panza… Estuvo buenísimo! Eso si, parece ser que es algo de la ciudad, tardan
aaaaños en traerte la comida.
El día siguiente nos lo tomamos con más
calmita, estábamos cansados… Al fin, salimos de nuestro hotel, pan dulce,
yogurt y frutita del delicatesen que no es “nice” jeje y a caminar y caminar
más… callejeamos y vimos por fuera uno de los “Bares de ruinas” que más nos
recomendaron. Se llaman así por dos razones: Porque están hechos en casas que
están en ruinas y porque vas ahí y sales hecho una ruina jeje… Luego a la
sinagoga que es la segunda más grande del mundo, muy bonita. Me gustó mucho ya
que es muy luminosa y tiene columnas de acero muy esbeltas.
De ahí al mercado central… puf!
Acabamos súper engentados, la idea era comer algo ahí pero nomas no se nos
antojo nada fuera de la fruta y algún panecillo que compramos y nos comimos en
el jardín de la universidad que estaba a un ladito.
Después caminamos a la estación de
metro más cercana, nos costó trabajo encontrar la boca de metro, ya que están
poco indicadas además son discretas, eso si, en cuanto bajas entras a un nuevo
mundo… Por cierto, dato cultural, la línea amarilla es la segunda más antigua
de Europa (la primera es la de Londres).. Y ay! Dato IMPORTANTE!!! Si viajan en
metro compren bien su boleeeeeto!! Porque nos metieron una multa de 8 000
florines (casi 30€) por cabeza por equivocarnos.. oooouuuch!!!
En fin, el caso es que con todo y
nuestra multa en metro llegamos a los baños Széchenyi. Que es el mayor baño de
aguas medicinales de Europa. Puf! Chapultepec 3ra sección en domingo a la doble
potencia! Estaban llenísimos, pero bueno, pos igual había que probarlos… Tienen
varias pozas interiores de diferentes temperaturas y olores a azufre jejje y 3
albercas/piscinas exteriores, una de 36-37º en la que no te recomiendan estar
más de 20 minutos, otra de veintitantos grados que es por si quieres echar la
nadada y otra que es en la que estuvimos casi todo el tiempo que estaba como a
28º. Mei gozó de los chorritos y el perímetro que tiene como pa que te laves
los pies antes de entrar ya que esta bajito, hizo unos cuantos amigos, coqueteo
otro poco y yo creo que acabó exhausta porque se hecho una siestoooota que nos
dio chance de llegar a pie hasta el centro, echarnos dos copas de vino Hungaro
en el bar de ruinas que habíamos ido en la mañana y luego cenar nuestro Kebap
cerca del hotel.
Al día siguiente despertamos muy
tempra, y ¡al aeropuerto! Como no quisimos complicarnos en buscar cajas para
empacar nuestras bicis y chariot las envolvimos en el plástico ese… bueno, más
bien, las envolvieron Dani y el chavo que atendia mientras Mei y yo los
contemplábamos.
Llegamos a Madrid, Dani rearmo todo
nuestro tinglado y regresamos pedaleando a casita. Madrid nos recibió con su
calorcito de verano y algunas zonas con delicioso olor a pino por el carril
bici.
¡¡¡Lo logramos!!!
Mei, Tami & Dani
PD: De parte de Mei:
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