Por primera vez amaneció sin rocio, la tienda completamente seca y el césped igual, así que genial porque Mei pudo salir a gatear sin empapar el body como los otros días.
Salimos pegados al río y pudimos ver la parte industrial de Linz y su tráfico de cargeros, otra visión de la ciudad que vimos ayer.
La primera parada la hicimos en el campo de concentración de Mathausen, en lo alto de una colina, con una rampa del 14%, así para llegar con el corazón en la boca.
Ya habíamos estado en un campo de concentración, en el de Dachau, cerca Múnich, este se veía muy distinto por fuera, pero los horrores de dentro eran igual o peores... No tengo palabras para describirlo, hay un reportaje fotografico muy bestia, la verdad es que duramos 15 minutos viéndolo, nos dio tal bajón que decidimos irnos y olvidarnos del tema. M absorvio toda la energia que tenia y me quede sin ganas de pedalear durante un buen rato.
Para colmo, al salir empezó a llover, así que a los pocos kilómetros decidimos hacer una parada en un camp del camino que tenía unos juegos muy divertidos, a Mei le encantaron, ete, ete, ete!!!
Siguió lloviendo, cada vez más fuerte, así que nos hicimos fuertes en un rincón del bar y nos comimos unas pizas con su cervecita de rigor mientras revisamos la ruta que tenía la por delante y que alternativas teníamos.
Tami se sentía fuerte y me ánimo a hacer30 kms y llegar a Grein, así que nos pusimos manos a la obra y llegamos al camp sobre las 18:30, minutos antes de que cayera una tromba de agua, son las 22:55 y sigue cayendo!!! El clima por esta zona esta loquisimo... Hemos pasado de calor sofocante a diluvios eternos.
Por el camino hemos visto las secuelas de las inundaciones de mayo, el río creció 2,2metros de altura, han tenido que rehacer caminos, puentes y creo que aún no funciona el tren por esta zona, mañana lo investigaremos.
Mei, Tami & Dani
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