viernes, 25 de marzo de 2016

Semana Santa 2016, Etapa 1: Caceres-Puebla de Obando, 51 kms

Nos levantamos temprano, desayunamos, cerramos alforjas, cargamos carros y bajamos a por las bicis; todo listo hasta que me doy cuenta que tengo que subir el sillín, saco la herramienta aflojó el tornillo y se rompe la rosca... mal asunto, domingo en Cáceres y todo  cerrado...

El recepcionista me deja la caja de herramientas del hotel y busco un tornillo que pueda valer... hago unas cuantas combinaciones hasta que uno parece funcionar, no aprieto mucho, no me da  una vibra pero es lo único que hay, eso o nada.
Venga arrancamos, enciendo gps, el cielo está muy nublado y hay mala recepción... a los pocos metros me doy cuenta de que solo tengo 18% de batería,  es decir en 1 hora me quedo sin gps... Tami también lleva la ruta así que ella hará de guía.  Unos metros más adelante, empieza el diluvio... bufff esto no pinta bien...

Conseguimos salir de Cáceres después de dar un par de rodeos por una competición de marcha, sigue diluviando, pero aún no hemos llegado a la ruta marcada. Llegamos a una zona de gitanos, nos saludan y animan, indicándonos por dónde ir, es el camino de la derecha, pero vamos, yo no veía mucho camino ahí,  quizás habría pasado un coche de vez en cuando... al llegar nos damos cuenta que es un camino cubierto de hierba y barro, ha llovido tanto que la he va a crecido y tapado el camino!!

Hace tiempo que estoy totalmente empapado, sigue lloviendo y apenas llevamos 8 kms... no sé qué pensar, prefiero centrarme en que va salir el sol y el camino se convertirá en una pista mojada pero compacta... iluso!

Esto se ponía peor, había grandes charcos de barro y caca de vaca, pues vamos cruzando fincas donde hay ganado suelto, pero también hay pequeños riachuelos que también hay que cruzar, vamos que si hubiera más agua iríamos en Kayak! Yo empiezo a desesperarme, Tami parece más tranquila y callada, buscando la mejor trazada para no perder tracción en el barro. 
Viendo que el ritmo era lento decidimos parar a comprar unos bocadillos por si se nos hace tarde para llegar a comer y así por lo menos las niñas estén tranquilas.

Ante este panorama, lo único que pensaba es que sabía que a partir del km 25 el camino se convertía en una pista y dejaba de ir paralelo a la carretera cruzando por el campo hasta Puebla de Obando. 
Después de hacer un  tramo final hasta el km 25 por el arcén, ya en plan a la desesperada y mientras nos caía un segundo diluvio, por fin llegamos a la pista y de repente salió el sol, que nos vino muy bien para secarnos, parar a comer algo y que las niñas salieran a estirar piernas, ajenas a toda esta odisea pues iban dormidas y calentitas.

El camino era mejor, había un río a la izquierda, vacas y hasta 3 ciervos que salieron corriendo asustados al sentir nuestra presencia. A uno de ellos se le quedo la pata atascada en una alambrada y no podía soltarse, pobre, intentamos acercarnos para ayudar pero se puso más nervioso y tirando tirando consiguió soltarse, seguro que se hizo daño, pero siguió huyendo muerto de miedo...

Poco a poco el mismo camino que parecía mejor se empezó a poner muy complicado con muchas piedras grandes,  que hacían que fuéramos despacio, los carros saltaban y no queríamos disgustos, también el barro era más arcilloso y las ruedas patinaban.  El paisaje era bonito eso sí... nos faltaban 10 kms pero a la velocidad que íbamos se me estaban haciendo eternos, además de que ya se está haciendo tarde y el cansancio empezaba hacer mella.

Sorpresa final, el camino parece que subir por aquel monte... uffff menuda cuesta, con piedras y  barro... si no fuera porque nos flotaban solo 3 kms después de todo lo que hemos pasado...

Por fin llegamos a Puebla, encontramos el hostal descargamos bicis, alforjas y carritos, seguía lloviendo, se me olvido comentar...

Las niñas como si nada, salieron del chariot calentitas y risueñas, sobre todo Mei que descubrió que había un parque de bolas en la planta baja del hostal. Se fue directa a jugar con los otros niños que había.
Por hoy, la odisea había terminado, estábamos en el hostal, duchados, y apunto de cenar un delicioso solomillo. Mañana será otro día…

Laia, Mei, Tami & Dani.

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