¡Ah! Nos despertamos tranquilamente… ¡Necesitabamos recuperar sueño! y nos preparamos para salir.
La noche anterior nos dimos cuenta que había un super muy cerca de nosotros, así que ¡allá fuimos a ver qué podíamos desayunar!
Fue ahí donde descubrí la gran utilidad del “google lens” jejeje. Que aunque en vietnamita no siempre traduce cosas coherentes es mucho mejor que nada para asegurarnos que no estabamos comiendo algo muy raro jeje.
Por ahí cayó un lomo empanado, una pieza de pollo frito, unos huevitos cocidos, alguna fruta, jugos/batidos diferentes y unas gyozas que fueron del gusto de las chamacs hasta que por ahí apareció un pequeño tentaculo jajajaja.
El mismo super tenía una zona para comer, con un fregadero para lavarte las manos, palillos desechables y servilletas ¡Que maravilla!
Eso sí, debemos decir que nos “shockeo” mucho la cantidad de film plastico para envolver las cosas… snif…
Y ahora sí, con el tanque lleno emprendimos el camino hacia el centro. El sherpa Philip nos iba guiando… no había dicho la distancia a recorrer, para no desanimar a nadie jejeje…
Así que empezamos con la travesía por la jungla urbana de Hanoi:
Más y más de caminar entre acera y borde de la calle esquivando obstaculos de todo tipo entre basura, agua wack, objetos de los negocios…. Vigilando no ser atropellados por las motos que pasan muy cerca tuyo y
¡Lo más extremo!
¡¡Cruzar las calles!! ¡¡Uf!! Tuvimos que enfrentarnos a un cruce “kilométrico” Y sobrevivimos :).
Por fin, llegamos a nuestro primer destino, el recinto donde está Ho Chi Min. Al estar muy cerca se nos acercó una señora que vendía pañuelos y faldas… Resulta que no te dejan pasar con los hombros descubiertos y con pantalones cortos… Así que pues nos compramos nuestro primer “souvenir” obligado porque Mei y yo ibamos en camisetas de tirantes y Noe iba en shorts.
Entramos y vimos unos bonitos jardines… Los primeros templos y una señal con caricaturas muy peculiares como para “adoctrinar” a la gente sobre lo que está bien y lo que está mal… Algunas cosas con mucho sentido común, algunas otras un poco hmmm miralo por tí mism@.
Después de rodear el museo nos dimos cuenta que no podíamos entrar porque estaba cerrado jeje ¡¡Ay!! ya veíamos como un oasis entrar al aire acondicionado de este y no se nos hizo…
Atravesamos los jardines para buscar otra salida y ahí nos topamos con el cambio de guardia… y una cosa para poder rellenar tu botella de agua ¡Ay! acabamos de tirar unas que teníamos así que fuimos a un puesto a comprar algo de beber para poder rellenarlo después jejej y ya de paso ¡Nuestros sombreros vietnamitas!!! Gran compañero de Dani sobretodo durante todo el viaje :).
No se podía salir por donde pensabamos hacerlo, así que tuvimos que retroceder un poco y salir por otro lado… Atravesamos otros jardines en los que vimos por primera vez un interesante deporte de los vietnamitas. Es como un “badminton” de cuerpo jajaja.. en vez de usar raquetas usan su propio cuerpo con algo similar al gallito… ¡Wow! controlaban super bien.
El objetivo era llegar a la zona del lago para buscar algo de comer, así que seguimos andando hasta encontrar el “highlands coffee” ¡Por fin! Un lugar fresco para estar un ratito. Pedimos nuestro primer café vietnamita con hielo, unos “bocadillos” que eran más bien unos palitos de pan rellenos al mínimo y Laia aprovechó para comerse su filete empanado y pollo que habíamos comprado anteriormente en el super.
Ahora sí ya refrescados y con la pancita distraida ¡Otra vez a andar!. Ya estaba atardeciendo así que pudimos sacar unas fotos muy bonitas con el lago de fondo y las motos con sus muchos pasajeros como protagonistas jajaja.
Un poco más y ¡Uy! El mercado nocturno de Dong Xuan… Puestos y puestos con ropa, calzado y accesorios de imitación. Otros de ropa donde me compré una blusa y unos pantalones blancos de algodón que me salieron a muy buen precio :).
Fue ahí, donde Mei vio una cartera de Louis Vuitton que la dejó enamorada… Decidió no comprarla de momento, sabía que al final del viaje volveríamos ahí asi que quizo ver si con el dinero que tenía para compras se le antojaba algo más o se compraba su cartera…
Después de cruzar toodo el mercado, ya sabes, gente, mucha gente… alguna que otra moto y carro de basura (está cerrado al tráfico pero alguna se cuela), llegamos al otro lago donde sí que había una zona cerrada al tráfico con una amplia calle ¡¡Aaah!!! que maravilla poder caminar con tranquilidad.
El sherpa vio de un lugar bien recomendado por google así que ¡A cenar ahí nos fuimos!
Al sentarnos conocimos a una pareja de Nueva Zelanda que ya había estado por la zona norte recorriendo en moto. Ellos nos recomendaron el Caphe Cong (Cộng Cà Phê) para probar el café con coco y nos dijeron de la app para taxis “Grab” que está muy bien (ya la habíamos escuchado pero nos daba desconfianza).
¡Cenamos muy rico!! Yum yum.
Y ya con pancita llena pedimos nuestro primer taxi para 7 con la app de Grab (pagando en efectivo), todo muy bien, llegamos a nuestro depa listos para echar una lavadora y descansar después de ¡16 km de andar y andar!!.
¡¡Mañana más!!!
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